15 may 2011

Los transportes públicos

Como antes dije, conseguí trabajo. Downside: es en pleno microcentro, a 5 cuadras del obelisco. Bello. Tiene muchas cosas buenas, como la gente que trabaja ahi, son todos geniales, y el hecho de que las calles que camino tienen todos negocios con ropa y demás :D
Los primeros días, ya que para la entrevista tuve que ir allá, fui con el 59 hasta ayer. Ida y vuelta, $3.75 por día. Leí mucho y escuché mi mp4. Me gusta mirar a la gente, pero la que iba a mi bondi no era tan divertida. Muchos viejos, jaja. Después siempre me crucé a la misma parejita feliz, me hizo acordar a una amiga, por el termito y el chaleco. Los llevó todos los días. También vi a un flaco con un tatuaje nazi en el brazo, decir que no había empezado a leer El diario de Anne Frank.
Hay cosas de la vida rutinaria que me molesta, lo que está al tope de mi lista, son los ruidos, no las voces ni los sonidos. Los RUIDOS. Me irrita.
Estaba en el querido 59, y un flaco no tenía auriculares (o sí y no los usaba), por lo que el muchachito decidió que su música era de gusto popular y quiso compartirla. Estaba tan fuerte que no podía escuchar la mía. Otro día me senté al lado de una señora que estaba en su mundo, la observé un segundo y me puse a leer. De la nada, ella levanta la vista, me mira, gira su cuerpo 45° hacia mi lado y pone esa cara tan conocida del "quiero bajarme". Me saco el auricular y le pregunto "¿desea bajar?" "NO!" me dice, y agarra con frenesí su cartera. Bancala!!! Ni que le fuera a afanar ni nada... Después se quedó dormida (después = 1' más tarde) y yo volví a escuchar mi música. Pero algo me perturbaba, no podía localizar qué era, tapaba el volumen alto de las canciones a más no poder, hasta que giré para mirar a la mujer, y vi que era su respiración/soplido/ronquido MUY fuerte. El karma la agarró. Se despertó violentamente, miró a la ventana, me empujó a su paso y se bajó. ¬¬ En otro viaje una mina sentada al lado mío empezó a jugar con una lata de Redbull, la apretaba, la moldeaba, la apretaba, la moldeaba, histéricamente. La cafeína le afectó severamente.
Como el viaje en bondi duraba hora y media, decidí cambiar de transporte público, optando por subte y tren.
Con el subte me llevo genial, cartelitos de colores por todos lados, tele en la espera y dibujos lindos en las paredes. Además que hasta Retiro son 5', genial. Hoy me subí, estaba muy estresada porque llegaba tarde. En eso escucho a una mujer hablar a otra, algo como que le estaba cediendo el asiento pensando que estaba embarazada. Me empecé a tentar ahí, al igual que el flaco que iba al lado mío. Por lo que la señora no embarazada le dice de su estado, la otra se avergüenza, la primera le dice que no hay drama, que el buzo que tenía puesto como que la hacía ver más triangular y que además de eso tenía una bufanda abajo de todo haciéndole bulto, además de que tenía que bajar unos kilitos. (?) Por lo que la otra le responde que sí, que esos bucitos, blabla, y la bufanda esencial, y que no está gorda ni nada, que ella de distraída. Las dos mujeres excusándose de un equívoco común de modo idiota y sin sentido. El flaco de al lado mío no podía ocultar la risa. Me levantó el ánimo.
Otro transporte que estuve usando fue el tren. Los viajes de mi vida. La primer tarde voy feliz a Retiro después del subte para volver a casa, me meto en una ventanilla que dice "cambio justo", le digo "¿Hasta Olivos?", "$1.10, tenés que pagar justo". Ah! Petit detalle. Me corrí a un costado así no atraso la fila, $1 en monedas de 10, obvio. Vuelvo a la caja y el flaco me dice: "Ah! Pensé que te me habías ido!" (?)...wtf?...claro... "No, es que estaba juntando las moneditas, bien a lo vieja". Por qué meter chistes malos en cualquier conversación, qué necesidad? Me falla, claramente. El flaco se río y me fui. Busqué el Mitre-Mitre, y me subí. Después de varias estaciones, pasamos Belgrano, pasamos Cohlan, y algo me está sonando raro. Miro el cartel del tren y veo que hay otro ramal, en el cual no estoy subida, que dice Belgrano-Núñez-Vic. López-Olivos... LPM! Me confundí de tren! En eso se abren las puertas y me bajo. El tren se va al toque. Miro el cartel y dice: J.B. JUSTO. WTF???? ¿Dónde estoy? Crisis, crisis, crisis. Ay no, me falta el aire, el tiempo se frenó, me falta el aire, me agarró calor. ¿¡¡Dónde carajo estoy!!? Pelo celular, llamo a mi viejo, le cuento de la situación y se ríe. A ver flaco, no te llamo para que te rías, sino para que me ayudes! Después de un rato, su ayuda fue efectiva, cosa que verifiqué con el que vendía los boletos en una ventanilla de vidrio polarizado, quien también se rió. Qué bueno que es alegrarle el día a la gente, debe ser un don, un superpoder que tengo... ¬¬ Resulta que estaba en el tren correcto, y me faltaban 2 estaciones más para llegar a casa. Pucha, estrés al pedo.
Al día siguiente a la mañana decidí ir en tren. Fui hasta la estación, y me subí al ver al tren con las puertas abiertas. Después de un rato me di cuenta que no pagué el billete. Entré en pánico. Me bajé en Belgrano, pagué, el tren se fue. Esperé otro por 20'. Vino hasta las manos, parecía China, la gente empujándose para subir desesperada. Claramente no entré en ese. Esperé 10' más, a lo cual ya se me hacía tarde para el trabajo, cuando al fin llegó. En Retiro, esperaba que la espera valiera la pena, que haya alguien viendo si todos teníamos el ticket o algo. Pero no. Hijosputa. Me cagué 30' de mi vida esperando algo que no pasó. La próxima subo afanando a los trenees, sin pagar!
Al mediodía me volví en subte y después en tren. Voy a la ventanilla, la de el otro día, mismo chabón, yo estoy lista con mi peso diez en mano. "¿Hoy sí trajiste justo?" Y se entró a reir. Chan! (?) Bueno, compro, me meto sin mirar al andén 4, el mismo del día anterior y me pongo a leer en el viaje. Después de Belgrano, la cosa se desvirtuó groso. Tan así, que me bajé en la anteúltima estación, entre José Leon Suárez y Ballester. Osea que me fui a la loma del orto a la derecha. Por Dios, otro ataque de pánico no!! Encima me estaba quedando sin batería... LLamé a mi viejo y me guió un toque, después llamé a mi vieja para decirle que iba a llegar más tarde. Al rato me llega un sms de mi hermano burlándose, (?) Me senté esperando el tren, se me puso a hablar una señora, quien también se rió, me habló todo el trayecto hasta Belgrano, donde me bajé. Me quería convencer de que la acompañe hasta su parada, total tenía que volver de todas formas. Pregunta poco convencional, le dije que me sentía mal y me fui. Esperé 30' el tren mientras se largó a llover. Agradezco haber tenido un libro entre todo esto. Me agarró hambre a las 4 sin haber almorzado, me tenté 15' con el puestito de panchos, cuando decidí comprarme uno, llegó el tren.
Mañana vuelvo a viajar, veremos que pasa, y sino será cuestión de ir Tanteando el Terreno

2 comentarios:

  1. Yo laburo a 7 cuadras del obelisco y tambien me tomo el 59.
    Solo un dato curioso.

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  2. Que loco! Nunca te vi! O quizá si, nose, hay un punto en que el 59 desborda y la gente me tapa la visibilida

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