30 abr 2011

Clasificación de personas

A mi entender, no todos somos iguales. Desde ya somos hombres, o mujeres.
O nos sentimos hombres, o nos sentimos mujeres.
Somos fetos, bebés, nenes, adolescentes, jóvenes, adultos, adultos mayores, polvo y cenizas.
Madura, inmadura.
Robacunas, robageriátricos.
Problemas con madre, problemas con padre.
Estado social bajo, bajo-medio, medio, medio-alto, alto.
Departamento, Casa, PH, Dúplex.
Perro o gato.
Baja, Alta.
Petiza, Jirafa.
Gorda, flaca.
Linda, fea.
Morocha, rubia, castaña, colorada.
Extrovertida, introvertida.
Carácter fuerte, carácter débil.
Independiente, dependiente.
Tímida, charleta.
Inteligente, burra.
Astuta, idiota.
Economía, naturales, humanidades.
Exceso de progesterona, de testosterona o de estrógeno.
Depresiva, excesivamente alegre.
Feliz, infeliz.
Realista, positiva o negativa.

En fin, todas estas características condicionan a la persona para que sea de cierta forma, es decir, como tal persona es. (se entiende?) Osea, estas cosas se tienen en cuenta en cuanto al análisis de la personalidad y en especial las reacciones de la gente, sus respuestas ante cuestiones y problemas que te tira la vida para resolver.
Siempre inicialmente se puede escoger por el camino a) o b).
Del a) derivan otros dos caminos llámenseles a.1) y a.2). O no. Pueden haber muchas letras, es decir caminos, que deriven en muchos subcaminos; los cuales pueden tener otros tantos porque a partir de una respuesta inicial se desencadenan muchas opciones de reacciones ante ésta.

Analizando a las personas, uno se puede dar un poquito de cuenta de ciertas cosas.
El otro día en la facultad ya había empezado la clase de Análisis de discurso (que descubrí me gusta bastante, será que el pelado del profesor es TAN alienígena y buena onda (con alienígena me refiero a esas personas que no pasan desapercibida, que le mete un gustito a la vida, que vale la pena conocer porque llaman la atención) que le mete buenas vibras a una materia relativamente habitual (es una mezcla entre lengua y filosofía)), una flaca llegó tarde, quizá por trabajo, quizá no, no viene al caso. Cuestión, que a los 5 cm que su taco negro cruzó la puerta, mi instantánea reacción fue: "Gato. Mmm, sí, gato. Y ahora en 2 segundos estos 5 flaco adelante mío la van a ver, abrir los ojos, mirarse entre sí, reírse y quizá alguno tira un comentario". Casualidad de la vida, o quizá era que se podría llamar respuesta lógica, la flaca tenía una pollera tubo de algodón elastiza gris de tiro alto con una camisa cuasi-transparente metida adentro, con los primeros 2 botones desabrochados. -Ay, perdón profesoooor la tardanzaa-. "Bueno, encima de gato, idiota". -Todo bien, tomá asiento-. La flaca cruzó el aula, ya que se fue a sentar en la otra punta de la puerta (la puerta es lateral, por eso). Las cabezas de todos, TODOS los estudiantes giraron hacia la derecha persiguiéndola con la vista. (ahí la vieron, y abrieron los ojos, le erré en el tiempo estimado). Se miraron entre ellos estos 5, uno susurró algo, se rieron y otro dice:-Profe, ¿puedo prender el ventilador porque me dio calor? A nadie le molesta supongo, ¿no?-. "Caradura. Inclusive me subestimó un poco más de lo pensado. Jummm." Todos los flacos se rieron. Con mi amiga nos miramos con esa cara de "sí, estoy pensando lo mismo: es un gato, y éstos, unos pajeros". Nos reímos felices de nuestra sintonía.

Lo cual me llevó a pensar...
Tenía un instructor de manejo... ahhhhhhh, indescriptible. Rubio, alto, ojos celestes, tubos marcados, tontito, inmaduro, se la creía un poco, salía mucho, tiene 28 años pero parece de 24, quiere mucho a su sobrina, le gusta la playa y la joda con amigos, se hace el capo con los del barrio, sale a bolichear todos los findes, y su canción para ponerse "pila" es la de Hello, de Martin Solveig. A lo cual dije: "Mmmm, lindo espécimen, bastante lindo, pero no sería material para novio. No... sería más para...divertirse. Sí, algo así como para Sex Toy, un buen garche de una noche, 2, como mucho un amigo con beneficios, pero no da para la parte sentimental".
Desde cuándo soy tan insensible no tengo idea...
Pero si agarramos mismo contexto barrial y misma edad, hay otro flaco que conozco que nada que ver, es scout, humilde, tranquilo, tímido dependiendo el público pero le gusta bromearle a la vida, transparente, buen chico, le gusta la montaña. En fin, no da para decir más detalles. Analizándolo, conociéndolo, ese es un buen chico como para una relación.
Conozco a un amigo de mi hermano, ayer a la madrugada comentábamos con mi amiga Emi: Pero qué lindo chico! Cómo le doy! El flaco no es alto en lo absoluto, medirá COMO MUCHO 1.70m, ojos verdes, naricita perfecta, y una sonrisa que mata. El flaco es entrador, gracioso, buena onda, vago, y fuma every now and then porros. Tranca 120. Pero ese no sería como para estar de novia ni nada.
Con el correr de los meses conocí a otro flaco que frecuento por fuerza mayor de lugar llamado...pucha. No se me ocurre nada inteligente (JA JA)...Lugar SECURES. :D siii, ya encontré mi propia analogía! :D que brillante. quien lo adivine se gana algo (?). Bueno, lo veo algo seguido en SECURES y me veo obligada a mantener contacto con él, quizá por el tema social. Por lo que lo fui conociendo y bla bla.
Parece buena persona, tenemos sentido del humor parecido, no es viejo, se quiere ir a vivir solo y trabajar, tiene auto, tiene una profesión particular que le suma muchos puntos, su pasado hace que lo perfile como cierto tipo de personas (personas como las que me junto desde que soy chica), le gustan las vacaciones en la playa con amigos pero aprecia la emoción del turismo aventura, se lleva bien con mi perro, vive relativamente cerca, me parece muy simpático. Pero todavía nose, por como se los describo uno se imagina en qué clasificación lo pondría. ¿Pero podría ser que primero se probara la diversión por un buen tiempo hasta que se torne en algo más serio? Hablando de flasheos, nunca pasó nada. Puede que nunca pase nada. Es muy probable. Ahí vendría al ataque la maldita hormona haciéndote el bocho de qué le podrías decir como indirecta que suene inteligente y las opciones como podría elegir para decir y a partir de ahí que responder que siga sonando inteligente, y so on.
Life's a mess.
Nada. Eso ero nomás. Descubrí una nueva clasificación de personas: personas para divertirse y personas para un futuro.

26 abr 2011

Esa maldita hormona

Nunca se pusieron a pensar en alguien, quizá en alguien a quien no veían hacía mucho tiempo, alguien a quien alguna vez le tuvieron ganas, o les gustaba estaban enamorados, o simplemente era un amor platónico. Y cuando así muy random se lo/a encuentran devuelta, por aquellas vueltas de la vida, ya sea en la calle, en la profesora particular, en la Iglesia, en una cena, un cumpleaños, un boliche; ¿no "se les mueve el piso"? No digo de volver al enamoramiento grande romántico y pegajoso que anteriormente tuvieron, sino a esa vocecita en lo más profundo de tu ser que te habla. Te dice cosas. Cosas que quizá no querés escuchar. Cosas que quizá hace mucho no pensás. Planteos innecesarios. Quizá ni pensaste en esa persona desde la última vez que la viste (ponele el tiempo que fuere) y esa cosita en nuestro interior toda alborotada, como si estuviera saltando de la emoción. A pesar de tus intentos por controlarla y callarla, se escuchan cosas, escuchás cosas. Cuestiones universales que derivan en unos varios: ¿por qué?
"Mmm, ¿por qué vino acá?; ¿Me abrá visto?; ¿Abrá visto que lo miré?.. Basta. Dejá de mirarlo. Listo, no te veo más. ... Fuck, me miró!, ¿o flasheé que miró? Basta! Que te importa si te miró! Si a vos no te pasa nada, no te mueve más el piso! Es un ente en tu vida, ¡¡¡¡UN ENTE!!!! Sí, sí, mirá como no te miro, mirá lo que hizo el tiempo con mi cuerpo, mirá, estoy al lado de otro flaco, y vos no, lalalala... A ver si te ponés celoso... Pero, ¿por qué quiero que se ponga celoso? Ay, cualquiera. Cualquiera, cualquiera, cualquiera. ¿¡Qué estoy pensando!? ¿Por qué siquiera estoy pensando estas boludeces? ¡Si no me pasa naranja! Basta. Volvé tu atención a lo que estabas haciendo... ¿qué estaba haciendo?... Ah, sí. Sip. Si que sí. Lalalala, yo presto atención a la cosa y a vos no...lalala....mmmmmmmmmmmmmmmmm. Mmmmmmmmmm, lo miré. Me vio. Creo que hizo una mueca, simulando (O NO) un saludo. Ya está, me hago la boluda como que no lo vi porque no es tan importante como para no pasar desapercibido. Así se da cuenta que no me pasa nada con él, que es un ente. Sí. Sigo con lo mío.
Lalalalalalala haciendo la mía, lalalalalala.
Ay no, giró. Me está viendo. Claramente me está viendo. ¿Me vendrá a saludar? ¿¡Ay, por qué lo haría? ¿Quien soy en su vida para que me venga a saludar? Ah no, está viniendo. POSTA! Está viniendo! Bajó la vista, significa que se siente obligado por un deber superior social de formalidad que dice que cuando ves a alguien relativamente conocido lo saludás. Dios estoy en cualquiera ya, que flasheoo!! OK. Momento de la verdad. (Y esa maldita hormona que está saltando desesperada en nuestro ser porque va a conseguir aproximación física--algún día voy a matar a esa hormona!) Se acerca. Caminá un paso. Otro. Ahora que se acerque él. Meté sonrisa no tan amplia como para que no se crea mil ni tan patética como para que parezcas emo. Ahí va, bien. Se acerca. Se huele su perfume, sí, One Million Paco Rabanne. Lo sabía. Me encanta. Me encantás. Te amo. No, te RE amo. Hoy a la noche me autoflagelo por las pelotudeces que pienso. Mátenme, mátenme, mátenme. Dead."
-Hola, ¿todo bien?
-Sí, todo bien. ¿Vos?
-Bien bien.
-Ah que bueno...
-Sí.
-Bueno, nos vemos.
-Dale, chau!

"Cuanto estrés, necesito una buena ducha y una laaaaaarga clase de yoga".

Cuento: el elefante encadenado

Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí, como a otros, después me enteré que me llamaba la atención el elefante.
Durante la función la enorme bestia hacia despliegue de su peso tamaño y fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia:
Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía....Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre - que NO PUEDE.
El tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás...jamás....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces, lo del elefante : grabamos en nuestro recuerdo: NO PUEDO....NO PUEDO Y NUNCA PODRE. Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.
Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma : " NO PUEDO Y NUNCA PODRE " Vivimos condicionados por el recuerdo de otros, que ya no somos y no pudieron.
Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón.....TODO TU CORAZON".

Cuento: cicatrices

En un día caluroso de verano en el sur de Florida, un niño decidió ir a jugar en la laguna detrás de su casa. Salio corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz.
Su mamá desde la casa lo miraba por la ventana, y vio con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía. Oyéndole el niño se alarmó y miró nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde. Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos. Justo cuando el caimán le agarraba sus piernitas. La mujer jalaba determinada, con toda la fuerza de su corazón.
El cocodrilo era más fuerte, pero la mamá era mucho más apasionada y su amor no la abandonaba. Un señor que escuchó los gritos se apresuró hacia el lugar con una pistola y mató al cocodrilo. El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron bastante, aún pudo llegar a caminar.
Cuando salió del trauma, un periodista le preguntó al niño si le quería enseñar las cicatrices de sus piernas. El niño levanto la colcha y se las mostró. Pero entonces, con gran orgullo se subió las mangas y dijo: “Pero las que usted debe de ver son estas”. Eran las marcas de las uñas de su mamá que habían presionado con fuerza. “Las tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida”.

Nosotros también tenemos cicatrices de un pasado doloroso. Algunas son causadas por nuestros errores, pero algunas son la huella de Dios que nos ha sostenido con fuerza para que no caigamos en las garras del mal. Dios te bendiga siempre, y recuerda que si te ha dolido alguna vez el alma, es porque Dios, te ha agarrado demasiado fuerte para que no caigas

Reflexión: el perdón de Dios, Mamerto Menapace

«A veces nos parece que estamos lejos de Dios. Sentimos como que Dios ya debe estar un poco cansado de nosotros. Uno vuelve a caer en la misma falta, en el mismo pecado del cual ha pedido perdón a Dios. Con sinceridad le he dicho a Dios:
-Propongo firmemente no volver a pecar y evitar las ocasiones próximas al pecado... Señor, no voy a criticar más a esa persona... me pesa Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido en mi hermano porque no debo hacer a los otros lo que no me gusta que me hagan a mí. Y me propongo firmemente no volver a pecar más y evitar las ocasiones próximas al pecado.
Pero sospechamos que esto puede ser una gran mentira: la próxima vez no evitaré para nada la ocasión. Hasta es probable que la provoque. Y calculo que le debe pasar algo parecido también a ustedes. Entonces uno puede estar cansado de los curas y no les debe creer más. ¿Para qué nos va a perdonar, si Él sabe que lo vamos a volver a hacer?
Pero la fe nos enseña otra cosa. La fe nos asegura que Dios tiene un corazón tan grande y tan lindo, y que es tan rico en misericordia que realmente cada vez que le pedimos con sinceridad perdón, se deja convencer, se pone muy contento y nos perdona de verdad. Lo mismo que una mamá que perdona a su hijo cuando éste le pide disculpas luego de repetir cien veces la misma travesura. No una, ni dos, ni siete: sino setenta veces siete, o todas las veces que fuera necesario. Porque así es el corazón de una madre. Y de ¿dónde lo tiene? ¿Quién se lo regaló? Seguramente Dios.
Dicen que cada uno de nosotros está unido a Dios por un hilo. Un piolín que nos une a Él. El pecado corta ese piolín, y entonces queda rota mi relación con Dios. Ese pecado rompió mi relación, mi conexión, mi estar ligado a Dios. Si reconozco mi error y pido perdón, Dios agarra las dos puntas del piolín y le hace un nudo. Y con eso el piolín queda más corto. Quedo más cerca de Dios. Y cuando vuelve a romperse, Él perdona y lo vuelve a anudar. Hasta puede ser que algunos terminen bien cerquita de Dios a fuerza de hacer nudos.
Imagínense un piolín con tantas cortaduras, y al que siempre Dios ha vuelto a anudar. Al final esta persona estará junto al mismo corazón de Dios.
Por eso dice Jesús que los pecadores son los que están más cerca del Padre que está en los Cielos. La grandeza de una persona no está tanto en lo que ella tiene, sino en la cantidad de Gracia y Misericordia que Dios le ha regalado.
Cuantas más veces nos ha perdonado más cerquita nos siente de su corazón, y por eso nos ama más.

Reflexión: la Iglesia, por qué amarla

Así como experimentamos el amor de Dois, también podemos sentirnos Iglesia. Es posible reconocernos, pertenecer a un lugar al que siempre se pueda volver. Ser Iglesia es vida comunitaria, esa vida que conocen los que han necesitado el apoyo del hermano para seguir adelante o los que han compartido un proyecto en común. Es decir, ser Iglesia es compartir su aspecto comunitario, comunicador, familiar.
Jesús no había elegido entre sus discípulos a los que Él consideraba más inteligentes o más formados, eligió a hombres débiles con mucho potencial Así un día Jesús se acercó a Pedro y le dijo: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Sabemos que Pedro no entendió del todo lo que le dijo su Maestro en ese momento, pero el día del cenáculo, sus ojos se abrieron, y sus mentes comprendieron.
Es difícil amar a la Iglesia cuando vemos que hay muchas riquezas, se cometen robos, hay gente corrupta, hay escándalos sociales en el propio sena de la Esposa de Jesús…
En el mismo instante en el que Jesús dio la vida por todos los hombres, asumió todos sus pecados y con ellos también los pecados de la Iglesia. Al ser ésta una entidad de doble naturaleza, humana y divina, es también santa y pecadora. Amar de verdad es amar hasta el dolor, y a la Iglesia, tenemos que amarla con sus defectos y en toda su santidad. La seguridad que Jesús declara acerca de la Iglesia es sorprendente y al mismo tiempo, definitiva. Estas palabras aseguran el temor y las acusaciones de quienes dicen que la Iglesia no se mantiene inalterable a lo largo del tiempo. Lo esencial de nuestra relación con ella es que está asistida por el Espíritu Santo y estas palabras de Cristo nos animan a confiar más en Ella.

Cuento: brazos de Dios

Durante la Segunda Guerra Mundial, un pueblito de Alemania había sufrido un atentado. Todo había sido destruido, entre otras cosas, una Iglesia, la única del pueblo. El jefe del ejército ordenó a los soldados que buscaran entre los escombros a ver si había algo de valor que perteneciera a la Iglesia. Buscando, encontraron partes de algo que parecía una imagen de Cristo en la cruz, fueron uniendo los pedazos que iban encontrando y casi la armaron toda. Pero estaban todas las partes de Jesús menos sus brazos. Entonces los soldados sin saber dónde más buscar, fueron a comentarle esto al cura. Le sugirieron construir otra y no poner esa; o hacerle brazos nuevos. Pero el padre, después de pensar un rato, les dijo: “No, cuélguenla así como está”. Así lo hicieron y debajo colocaron un cartel que decía “A partir de ahora, Dios cuenta con nuestros brazos”.

Reflexión: si no fuera pecado, ¿lo haría?

Una “buena tentación” es aquella que repite una y otra vez: “si me sigues, si cedes sólo por esta vez, si dejas el rigorismo, si te permites este pecadillo, ganarás mucho y perderás muy poco”. Ganar mucho dinero con una trampilla, o lograr un rato de diversión pecaminosa después de una semana de tensiones en el trabajo o en la familia, o conseguir un buen contrato a base de calumniar a un amigo, o...
A veces evitamos ese pecado sólo porque la conciencia nos pone ante nuestros ojos esa frase decisiva: “No lo hagas, es pecado”. Sí, ya sé que es pecado, respondemos. Pero, si no fuera pecado, ¿lo haría?
Formular esta pregunta es señal, seguramente, de que no comprendemos la maldad que hay detrás de esa tentación. La vemos tan apetecible, tan fácil, tan a la mano, tan “buena”, que... Pero es pecado, nos dijeron en la catequesis, leímos en un libro, nos recordó un amigo sacerdote...
Hemos de comprender que algo es pecado no sólo porque un día Dios dijo: “Esto está mal: no lo hagas”. En realidad, si algo está mal (y Dios, porque nos ama, nos lo recuerda) es porque con esa acción ofendemos a Dios, dañamos al prójimo y nos degradamos a nosotros mismos. O, como decía santo Tomás de Aquino, “ofendemos a Dios sólo cuando actuamos contra nuestro propio bien”
El pecado no es, por lo tanto, como algunas normas de tráfico. Cuando busco un lugar para dejar el coche y veo la señal “prohibido aparcar”, es posible que me enfade, que no esté de acuerdo con el alcalde o con la policía. Dejar el coche ahí, en ese lugar concreto, quizá no molesta a nadie. Sé que está prohibido, pero si no estuviese prohibido, allí aparcaría... Incluso con la total certeza de que no causaría daño a nadie.
En otras ocasiones, en cambio, la misma señal de tráfico vale no sólo porque la pusieron allí, sino porque descubro que es justo, es bueno, no aparcar en ese lugar. Incluso habrá momentos en los que llegaré a una calle donde me gustaría aparcar, donde no hay señal alguna (¡está permitido aparcar allí!), pero no aparcaría porque me doy cuenta de lo mucho que perjudicaría a otras personas si lo hiciera.
El pecado es parecido al segundo ejemplo. No depende de la imaginación de Dios o de algún capricho del catequista o del sacerdote. Si la Iglesia nos enseña que el robo es pecado, o el adulterio, o la calumnia, o el masturbarse, o el aborto, es porque en cada uno de esos actos perdemos algo de nuestra vocación al bien, al amor, a la justicia.
No es correcto, por lo tanto, pensar: “si esto no fuera pecado, lo haría”. Porque si algo es malo, lo es siempre. Porque, además, mi condición de hombre y de cristiano me recuerdan que no vivo para seguir mis caprichos y buscar maneras para que las normas no me impidan realizar lo que me gustaría hacer ahora, sino que vivo para amar y hacer el bien, a todos y en todo. Por eso no quiero saltarme aquellos mandamientos que me apartan del mal para invitarme a hacer el bien.
Nos será más fácil superar la tentación del “si esto no fuera pecado...” cuando profundicemos y conozcamos más a fondo el porqué de los mandamientos, el sentido de cada norma ética, el bien que ganamos cuando queremos ser honestos. Los mandamientos no son imposiciones arbitrarias, sino señales que nos indican dónde está el bien y el mal, qué nos ayuda a vivir en amistad con Dios y con nuestros hermanos, y qué actos hieren esa amistad.
Por ejemplo, si no robo, aunque tenga que esperar más años para comprarme un coche nuevo, viviré con la conciencia más tranquila y en mayor paz con quienes viven a mi lado. Porque habré respetado el derecho de otro a un dinero que es suyo, que merece tener, que no puedo apropiarme sin dañarle y sin herir mi conciencia.
Lo mismo vale para los demás casos: el mal de cada acto pecaminoso es tan grave que destruye riquezas de la propia vida y de la vida de los demás, y por lo mismo es muy bueno no ceder nunca a la voz insidiosa de una tentación que me presenta como fácil y posible algo malo.
Pensemos, además, en positivo: cuando digo no a un pecado, entonces mi corazón está (al menos, debería estar) más dispuesto a hacer más cosas buenas, a vivir más a fondo mi condición de soltero o de casado, de padre o de hijo, de estudiante o de trabajador, de amigo o de ciudadano honrado.
Por eso, vale la pena quitarse de la cabeza esa insinuación que no viene de Dios, sino del propio egoísmo: “Si no fuera pecado...” Habría que sustituirla por esta otra: “Porque sé que es pecado, centraré mi mirada en el mucho bien que puedo llevar a cabo por otros caminos santos y buenos”.
De este modo, creceremos cada día en nuestra condición cristiana, viviremos como hijos que están a gusto en casa, con su Padre de los cielos, con tantos hermanos que también quieren ser justos y difundir amor para con todos. Aunque ahora tengamos que luchar enérgicamente contra una tentación fácil, aunque tal vez pensemos que estamos “perdiendo” una ocasión única.
Es muchísimo lo que gano si conservo mi espíritu abierto para amar, para ser bueno, para estar muy cerca de ese Dios que tanto ha sufrido por hacer más bueno mi corazón cristiano...

Reflexión sobre la felicidad

En cierta ocasión durante un seminario para matrimonios, le preguntaron a un Hombre:
-'¿Te hace feliz tu esposa?', ¿Verdaderamente te hace feliz?
En ese momento la esposa levantó ligeramente el cuello en señal de seguridad, sabía que su esposo diría que sí, pués el jamás se había quejado durante su matrimonio.
Sin embargo el esposo respondió con un rotundo
- 'No ...... no me hace feliz'
Y ante el asombro de la mujer... continuó:
- 'No me hace feliz ......... ¡Yo soy feliz! ...
El que yo sea feliz o no, eso no depende de ella, sino de mí. Yo soy la única persona, de quien depende, mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera ...de alguna persona, cosa... ó circunstancia. ... sobre la faz de esta tierra, yo estaría en serios problemas.
Todo lo que existe en esta vida, cambia continuamente. ...... el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc. Y así podría decir una lista interminable.
A través de toda mi vida, he aprendido algo; decido ser feliz y lo demás lo llamo...'experiencias': amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar.
Hay gente que dice:
- No puedo ser feliz ... porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque alguien me insultó, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valoró...
Pero ...lo que no sabes es que ....PUEDES SER FELIZ...aunque... estés enfermo, aunque... haga calor, aunque... no tengas dinero, aunque ...alguien te haya insultado, aunque ...alguien no te amó, o no te haya valorado .
La vida es como andar en bicicleta, te caes, solo si dejas de pedalear
SER FELIZ ES... UNA ACTITUD ANTE LA VIDA QUE CADA UNO DECIDE...!!!

Lo que vi en el bondi

Siempre que salgo de yoga, voy a la facu en el 59 ramal 1, La Lucila. Por vaga nomás, porque no quiero caminar 20 cuadras, así que pago $1,10.
Me encanta cuando el bondi viene lleno pero no lleno que ni siquiera entrás, sino lleno con ciertos espacios y cierto tipo de gente.
Gente de todo tipo: mujeres, hombres, niños, adolescentes, gente mayor, adultos, chetos, "normales", estudiantes de facultad, profesores, estudiantes de colegios, etc.
Uno de esos días me subí y estaba hasta las manos. No me acuerdo si había alguien conocido, por lo general me cruzo a uno o dos compañeros míos, o los lunes fija es a la de Matemática, si es que voy a la clasee particular de las 6.
En fin, había una señora muy paqueta sentada adelante. Se sube un padre con su hija, tendría aprox. 3 o 4 años, en brazos, paga su boleto y mira a todos. Tranquilamente la pendeja sentada adelante le podría haber dado su asiento, pero (supuse) se creyó en su derecho de ser mujer el permanecer sentada. Se ve que se dio cuenta de que nena gana sobre pendeja, así que simuló pararse pero el señor le hizo el gesto de que no hacía falta, por lo que volvió a sentarse de inmediato. Así que el hombre relativamente mayor sentado al lado de la señora paqueta se paró y le ofreció su lugar. Lo aceptó, sentándose con su hija a upa. La nena quedó de cara mirando a la señora, ésta la observó con su aire de superioridad y después miró hacia la ventana. Resulta que la nena no le sacaba los ojos de encima, incomodando a la mujer y a los pocos segundos.. ZAS! Guerra de miradas!! (esto era lo que yo suponía que pasaría, me dije "que flashero serían que hicieran guerra de miradas... y al rato la empezaron!). Increíble que todos estaban en su mundo, todos se perdían ese mini-espectáculo! Me divertía ver que ninguna de las dos parpadeaba para no perder. Me divertí mucho esas 15 cuadras de guerrilla, a lo cual me entré a reir en el bondi. No me di cuenta que el padre de la nena me estaba observando mientras yo observaba a su hija, y él también se rió.
Todo muy flashero, y divertido a la vez. Lo que una nena de 3 y una señora paqueta puede causar en el mundo... :)