El otro día iba con muuuuucha paja al tren, llegué cuando toda la multitud se subió, cagando mis planes de ir durmiendo (sí, dormir en transporte público se volvió un hábito, hoy me pegué una siesta tremenda). Me vi obligada a ir parada. Ya sé estratégicamente dónde pararme para que no me moleste la gente al entrar. Odio odio ODIO a la persona que porque se le canta el culo se para derecha enfrente mío a menos de 1 metro observándome y respirando mi aire (?) habiendo más lugar en el tren.
Anyways, venía viajando, el vagón se iba llenando, a mitad de camino, más o menos a la altura de la estación Belgrano R. se suben varias personas, y se escucha: "qué te pasA??! no te empujé a propósito,no ves que la gente está avanzando?" Disimuladamente bajé el volumen de la radio y presté atención a mi alrededor. Se respiraba un clima tenso. Una madre con 2 chicos puso cara de "la conch...".
Un señor de aprox... 60... miraba fijo, lo que se diría en las películas yanquis, he had "mad eyes". Si le hubieran puesto mute a la...escena, tranquilamente se podría haber dicho que era un terrorista que estaaba a punto de estallar una bomba atada a su cuerpo. Sí, sí, MIEDO.
El otro, de atrás, parecía tener veintipico. Después lo vi recién cuando llegué a Retiro y tenía como 45... Lo que hace la ropa y el no tener pelada..
"TONTO, ¿quién sos?, TONTO. TONTO.TONTO", decía el hombre mayor, mirada fija, boca dura, como haciendo fuerza con los labios, arruguita en la frente muy marcada. "TONTO. SOS UN TONTO. Eso sos: TONTO".
"Pará boludo, ¿qué te pasa?", pregunta el flaco.
"Ey! La boca, que hay chicos!!", dijo la madre. Casi me cago de risa ante ese comentario.
"¿No ves que estamos todos pasando? TONTO".
A todo esto, el espacio que había entre persona y persona era, como mucho, de 2 cm.
Mi ser interior, aburrido de la monotonía del paisaje que vislumbro día tras día, se revolucionó. Sentí esas ganas de aullar, de gritar cual matón en primaria: "¡PELEA! ¡PELEA! ¡PELEA!", pero me pareció que iba a quedar un poco desubicado...
Después de comerme media hora del peor insulto que se le pudo imaginar al hombre (sí sí, adivinen,daleee, yo se que pueden... sí:) TONTO; una mujer interrumpe en un grito despavorido: ¿¡LA PUEDEN CORTAR USTEDES DOS, QUE NOS LOS TENEMOS QUE BANCAR TODO EL VIAJE!?
Alabada sea la señora, los hombres se callaron.
El resto del viaje el hombre mayor trató de intimidar con su mirada al otro.
Al llegar a Retiro, se abrieron las puertas. La gente salió, y se escuchó un suspiro general
"Ey! La boca, que hay chicos!!" que gran frase! esa señora deberia ser diputada, yo la voto.
ResponderEliminary ya que estamos, copate y saca la verificacion de palabra en los comentarios.
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